Adiós ¿no?, a la novedad, a lo distinto, podría ser que también a lo morbosamente intelectoide, o podría ser de mi propia creación esa intelectoidez.También a las representaciones que jamás quise aceptar y que tampoco lo haré. A un estado que no me hubiera dado a conocer la sexta, el licor de mal gusto y barato, criticar los lugares aparentemente heterogéneos que sólo deseaban mostrarse diferentes por los exquisitos placeres de la perversión y un tanto del extremismo.
Creería que ya me había despedido de ellos, cuando hubo un exceso de personas entre las cuales elegir, y dónde estar. Pero fue un buen lance, un iniciador. Qué curioso puede resultar que aunque me haya dado una ansia enormemente humana de conocer, nunca lo hice, o siempre mantuve la distancia. No hubo despedida, como debía ser -qué estúpido decir "chao" acompañado de un par de golpes en la espalda y ya, como si fuera así diariamente-.
Lo molesto, es que, de lo que aquí queda, no habrá más entes sobre los cuales hacer una buena exposición, son aficionados, principiantes y descontrolados, objetivamente, sin ideas propias. ¿Qué puede quedar aquí bueno? Të, pero ella es el silencio concebido...
Puede que termine estudiando en la Universidad de Antioquia, Física, Psicología o Microbiología; a ver si no me aburro...
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