lunes, 21 de enero de 2013

MNTO

  Esa desagradable impresión a desperdicio, a no realizar mayor actividad que la del descanso y el disfrute infructuoso. Cada mañana levantándose con esa sensación caminándole entre los dedos de los pies, mordiéndolo, haciendo las veces de pequeñas hormigas dentro de sí, semejando un calambre, pero no doloroso, sino irritante, calavérico, que lo entierra más en la cama y apoyándole a seguir en un continuo olvidar de construcciones. Se levantó la mañana anterior y como tal vez hará ahora, para lograr cansarse lo suficiente, hacer los mismo comentarios del día anterior, con personas similares, con tonos similares, incluso si algo le ofende, ofenderse de manera similar a como lo había hecho la última vez que se le mencionaran la ofensa, para así, ojalá muy tarde - luego de la media noche- pueda acostarse y dormir sin darse por enterado. Las fases de sus horas se parecen entre sí. En esta mañana que tiene un sol no muy amigable para él, se le ve acostado del modo en que duermen aquellas personas que han acumulado el cansancio en el hígado, en nostalgias y en sonrisas. Se le nota despierto sobre una cama, irritado, el sol le acompaña con sus luces el rostro, él adolorido en la cabeza y débil en el cuerpo, insulta la posición del calor en la mañana mientras busca cómo acomodarse para seguir durmiendo. Se mueve lo menos que puede.

  Está en una cama, ciertamente, no está recostado en su cama. Ha amanecido en un sitio que en algún momento se le permitió quedarse, y no lo está solo. Con él tres personas más, entre colchonetas y una de ellas, un amigo pensaba, le acompañaba en la cama. Todos por un cuarto desgraciadamente muy iluminado. Giraba cuanto se le permitía para huir del sol, no reflexionaba demasiado sobre qué haría ese día, solía darse, como el capricho de la ciudad y los conocidos lo dispusiese. No trataba de pensar qué había hecho, parecía estar entero, sin sorpresas nuevas, como heridas, como tatuajes, como colorete en el rostro de una mujer no recordada, parecía no tenerse qué arrepentir de algo que hubiese hecho. Recordaba, que tenía una chaqueta ese noche, ahora mismo, no la tenía, pero hace mucho calor y mucho dolor de cabeza para recordar una chaqueta de cuero negra. Estas improvisaciones que le hacían olvidar el aburrimiento en otros lugares, son repetitivos, no son muy distintos entre sí; un día en una casa, con una conversación, una afinidad musical, una afinidad física, otro día en otra casa, con otra afinidad estética, con una afinidad en el baile..., un esquema desgastado, sorprendentemente atractivo, y con una imagen de apuesta que pareciera atraer mucho.
 
  Como en esos días, el sol sube, deja de ser amenazante para permanecer dormido. Así se siguen las horas, comienza el hambre a luchar con el sueño y el cuarto en que él duerme pierde personas, dos de ellos se levantan, una de ellas es la que le acompañaba en la cama. Pasando el mediodía comienza a tener un poco más de ánimos de levantarse, apoyados por esa sospecha que le gritaba que no habría comida alguna para él en ese lugar. Mirar el techo, porque no tiene sueño, pero tampoco ganas de levantarse, es su actividad, procura mantener sin pensamientos su cabeza. Luego de un rato, respira hondo, se levanta de la cama, se toca, tiene su billetera, su celular, mil pesos en billete y unas monedas, tendrá con qué engañar al estómago y fingir que come. Con él queda una mujer, aún dormida en la colchoneta, bajita, cansada, de manos pequeñas y de uñas largas pero sin pintar, cabello engañosamente corto, piel levemente morena y neutralidad en los labios. La mira, le sonríe como deseándola ver de nuevo. Por un momento tiene algún pensamiento sobre sus deseos que pronto ahoga, sale por la puerta del cuarto, esperando comer algo y que la noche le mencione como olvidará su vida mañana.



sábado, 19 de enero de 2013

Un enano de cartón.

  Eduardo es un muñequito armado de cartón. Un cubecraft. Intenta ser una representación cuadrada y de esquinas fuertes de Edward Elric, protagonista de Full Metal Alchemist, insistiendo que él es el alquimista de acero. De un carácter fuerte, algo agresivo y confuso moralmente. Poco he podido hablar con Eduardo para afirmar que al igual que su versión "real" tiene estas características. Eduardo vive en un cuarto piso antes del penthouse de un apartamento de libros que pretendía ser biblioteca, vive con varios entes que son símbolos de reminiscencias, así como él. Hasta hace unos días, vivió con otros que no eran de cartón y que no eran cubecraft, no sé si le haría falta encontrarse con seres de su misma forma o que se hicieron de manera similar. Ahora junto a él, viven dos cubecraft más.  

  Uno de ellos hace música, es uno de los dafitos, uno de los 'personajes' del grupo Daft Punk -versión cubecraft. Sospechaba yo que eran hombre y mujer, pero no, ambos son hombres, el pretendido mujer está conmigo, el hombre anda por ahí, tal vez extrañando. Estuvieron juntos en un concierto hace sólo unos días. El otro, que participó gustoso del concierto, es un cubecraft de Jake -Hora de Aventura-, el mismo día del concierto  (según el tiempo humano -desconozco el tiempo cubecraft-) estuvo con Finn, parecían buscar algo qué hacer. 

  Regresando a Eduardo, regresando a Edward, él se acomplejaba bastante por su altura, creció poco, es bajito, y se le solía atribuir su altura a la falta de consumo de leche, siempre la detestó. Cuando se le mencionaba algo que se le acercara levemente a una frase sobre su altura reaccionaba saltando y gritando alguna frase exagerando lo que le habían dicho. Algo como: un hombre le dice, 'pensé que eras más alto' a lo que él responde airado '¡Estás diciendo que soy tan pequeño como para pisarme con el pie?'.

  Eduardo fue el primer cubecraft que hicimos, seguido de Alphonse, su hermano. Hasta que regresé a Medellín había pensado que el tamaño de los cubecraft con una forma antropomorfa era estandarizado. Aunque Alphonse se me hacía particularmente más cabezón que Eduardo, pero en Pereira no había cómo comprobar mi sospecha.

  Llegué a este lugar, para colocar al lado de Eduardo a el dafito y a JakeTon (Jake de cartón - nombre por mejorar) ambos notoriamente más altos que él, es el cubecraft antropomorfo más bajito que conozco. Tal vez esté tan furioso como lo estaría su versión 'real'. 


  Al menos él, a diferencia de los otros dos, tiene su ropa separada de su roja chaqueta...