Aquí llega el mundo, el deseo, la forma el desperdicio, que es lo a-instintivo. Lo que no importa, lo que se comunica, sobre los actos giratorios de nuestra apetecida monotonía. Pululemos las bestias de la forma abstracta y se hablará de ridiculeces inconcisas, delicadas y sin sentido, que es lo más agradable de ellas. Dije yo, que hoy escribiría algo, como culminación del año y como lugar para ver la poca importancia que tienen los escritos. Lo que no tiene importancia, lo llamamos conocimiento, lo que elimina a la persona dándole significado a otros entes a través del simbolismo.
Lo que no importa, es lo que no nos hace felices, lo que es útil, lo que no permite ser completa e intranquilamente animal, instintivo, sexuado, violento. ¡El alabable raciocinio! O la ética de los sistemas culturales, o las ideas que se nos acercan y nos colocan a pensar. Qué importa, lo que pulula una sonrisa mientras no sea un camelo ilusionista del capitalismo o de alguna persona acerca de cómo nos debemos adaptar y ser iguales. Aunque sí, deberíamos ser "iguales", seguidores, ovejas -como la metáfora común-, auto esclavos de nosotros mismos y de nuestras pretenciones, la razón es la intranquilidad, el camelo que se tiene al obtenerle gusto al conocimiento es un objeto que posee mucho peso como para ser cómodo. El error "civilización "se hizo por una persona que se cuestionaba...
Cuestionarse puede ser un placer laudable, pero niega un resto de estorbos del carácter del hombre común que deberían estar ahí.
Al parecer la excusa está relaciona como el avaricia...
(Hoy que sea blanco)
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