De aquellos experimentos que forman direccionalmente la conducta, caían los conejos rápidamente, eran modificados, su vida se facilitaba. Perdían su ser, le otorgaban por fútiles momentos su permiso de unicidad a ellos.
Has escapado... Pero te despedazas; y mueres siendo perseguido, queriendo ser de ti meramente, eligiendo huir de las formas determinadas...
¡Me agrada ese conejo!

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