Sutilmente sentimos perdidas nuestras formas habituales, no hay una sonrisa, hay muestras de colmillos, de lenguas exquisitas, de pretensiones subrepticias; y entre ellas filones tácitos e inmediatos. La piel modela entre las sensaciones, siendo éstas, delicadas y exquisitas. Los cuerpos que revuelan, se polvorizan y pululan en su delicada fiereza. ¡Se incoan en el éxtasis libre de la multitud, despojándose de sí, despojándose de ellos, despojándose del entorno, del emparejamiento, son inexactos!
Propugnamos quejidos, gemidos, fuerza, debilidad, ¡orgasmo!
¿Y qué tan importante puede ser la cópula?
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